Siempre se supo que H. P Lovecraft (creador del terror cósmico gracias a los Mitos del Cthulhu) y Julio Verne (autor de 20000 Leguas de Viaje Submarino, Viaje al centro de la tierra, entre otros) sentían algún tipo de admiración por Edgar Allan Poe, uno de los maestros del género literario de terror.
A causa de esto, muchas de las obras de Lovecraft y Verne tienen reminiscencias de la escritura de Poe: se inspiraron en sus relatos para crear los suyos y hasta le dedicaron algún homenaje escrito. Entonces no habría sorpresa alguna si concluyéramos que gracias a Poe, estos autores tuvieron un buen suministro de terror para convertirse en los grandes escritores que fueron y son. Si estos tres hubieran sido contemporáneos y se hubieran animado a realizar una colaboración juntos, ¡qué monstruosidad literaria hubiesen creado! ¿Se imaginan?
No obstante, gracias a la admiración, espontaneidad y aunque con siglos de diferencia, estos maestros del terror crearon tres libros que siguen una misma temática: aventuras misteriosas en la lejana Antártida.
El origen de esta trilogía (conocida como La trilogía de la Antártida) la comenzó Poe con Las aventuras de Arthur Gordon Pym (1838), su única novela. En ella se aprecia la narración de Arthur Gordon Pym, hijo de un comerciante, que encandilado con las historias que le contaba August Barnard decide embarcarse a escondidas en la ballenera Grampus, dirigida por el padre de su amigo, un marino mercante. Tras muchas experiencias y poner en riesgo su vida, se interna en parajes prodigiosos de los mares antárticos, hasta que sufre una sobrecogedora revelación con la que culmina la historia.
El segundo libro es de Julio Verne: La esfinge de los hielos (1897). Trata de la búsqueda del desaparecido Pym en el polo Sur. Es la continuación de Las aventuras de Arthur Gordon Pym como un rendido homenaje. Es el relato de un viaje intrépido a bordo de la goleta Halbrane y bajo el mando del capitán Len Guy, hermano del difunto William, capitán de la Jane Guy donde había viajado Arthur Gordon Pym.
Ésta es una de las cuatro novelas en las que Verne hace un tributo a un escritor: Escuela de Robinsones, parodia de Robinson Crusoe, de Daniel Defoe. Matías Sandorf, claro homenaje a El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas. Segunda patria, continuación de El Robinson Suizo, de Wyss. Y La esfinge de los hielos, la genial continuación de La narración de Arthur Gordon Pym, de Poe.
Finalmente, con En las montañas de la locura (1936) de H. P. Lovecraft, la trilogía se completa. La historia gira alrededor de un geólogo que junto a su expedición descubre extraños fósiles. Esta narración pertenece a una serie de cuentos de Lovecraft que tratan de explicar la naturaleza de los Mitos del Cthulhu. Conoce más del libro en esta reseña.
Para concluir, agradecer a estos maestros del terror por dejarnos estos escritos y alimentar la imaginación de los lectores. Si Lovecraft y Verne no hubieran leído a Poe, este tipo de maravilla espontánea no hubiera sucedido nunca. Sin duda, se trata de homenajes literarios por la inspiración que en estos autores despertó. Así, muchos otros florecieron: con magníficos estilos dignos de admirar y creando nuevas formar de expandir el terror.